BABILONIA
LA GRANDE
“Y
en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE
LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”. (Apocalipsis 17:5).
Para entender este
nombre hay que saber que significado tiene el nombre “Babilonia” en el mundo
antiguo. Hablar de babilonia, es hablar del oriente, de Mesopotamia y de toda
su influencia en todo el mundo antiguo, el cual es un mundo Babilónico. Pero la
ciudad antigua de Babilonia, Capital Imperial de ese mundo se autodefinía como
piedra fundacional del cielo y de la tierra. Era la Capital del reino de Satanás,
enemigo secular del pueblo de Dios, el ombligo de la tierra. Es la cuna de los
grandes maestros, sacerdotes y magos. De esta ciudad surge la cultura pagana
(profana) mundial; los dioses, templos, sacerdocio, ritos y sacrificios. El
sistema de las pirámides de Egipto, del lejano Oriente y de América.
¿En qué cosa creía y
practicaba este mundo babilónico? Los cultos a la gran madre soberana (Eva) se
celebraban con ritos sexuales. Creían que el mundo de Satanás se perpetúa por
vía sexual y es su forma de crear demonios. El diablo tiene el pelo dorado
(rubio) por eso su afinidad con el dios Sol. Lucifer es portador de luz
(conocimiento). Los dioses copulan con
animales, el Eros místico es prostitución idolátrica sagrada (¹). Es posible
mediante una potente emisión de fluido magnético aniquilar un ser vivo. Las
mujeres predominan como practicantes de la brujería; en las mujeres hay una
asociación criminal con el mundo oculto, poseedoras de todo arte de engaño.
Las brujas son
producto de la unión de los demonios, que bajan de los aires y las mujeres. La
brujería Babilónica es conocida como culto a la fertilidad (paganismo), Lo
cual es la relación del ser humano con
las fuerzas ocultas, con las energías que subyacen en la naturaleza, con los
fenómenos extrasensoriales; por medio de ritos y ceremonias específicas de
invocación y adoración a los poderes de las tinieblas.
Según la doctrina
babilónica, los demonios (dioses) no son seres extraños a la humanidad, sino
por el contrario, son seres humanos que escogieron la vida en el mundo de
oscuridad, muerte y hediondez. La civilización que en vez de progresar en lo
espiritual, degenera hacia lo material está bajo dominio de los demonios.
El mundo babilónico es
un período de tiempo del conocimiento del mal y la inclinación hacia las artes
ocultas. Los demonios mueren como los humanos y se reproducen cuando los
demonios copulan en sueños con los humanos. El mundo está lleno de criaturas
invisibles. Los demonios se alimentan de la lujuria y son llamados dioses,
masculinos y femeninos. Urana, Diosa de la astrología, Polinia diosa de la
memoria, Eutepe diosa de la música, Merpomene diosa de la ciencia, Momo dios de
la murmuración. Etc.
Los ángeles de Satanás
atacan a los humanos en sus niveles más vulnerables, cuerpo, sentidos y
fantasías. Los espíritus malvados los hay de gula, fornicación, avaricia,
tristeza, cólera, vanagloria, flojera y angustia y La fuerza del mal está
presente en el elemento seglar (profano), la economía infernal materialista que
impulsa la geo-política de Satanás.
Influenciada por
Babilonia, Egipto se convierte en la escuela de los iniciados en la magia y
astrología. Las pirámides son los centros de iniciación en el reino de las
tinieblas. Aquí es donde se crea toda una filosofía y una legislación sobre
todo lo que es civilización idolátrica; se organiza y reglamenta toda la
potestad de Satanás en la tierra en sus dos grandes esferas de poder: religioso
y político. Se convierte en una, mezcla de idolatría y política que se extiende
a otras naciones entre ellas: Persia, Grecia y finalmente Roma. Toda esta
ciencia oculta, esta filosofía de vida y sistema político tiene cuna de
nacimiento….. “Babilonia” el imperio de Satanás.
Las palabras piedra
funcional del cielo y la tierra con que se distingue a Babilonia significa
reino universal de Satanás. Su reino sobre el cielo y la tierra. El cielo
representado en sus ángeles y su promesa de establecer su trono en el mismo
cielo, y la tierra por su dominio político sobre la humanidad, Concretamente a
través de un imperio político-religioso que reúne a todos los reinos de la
tierra; y todos estos reinos reunidos en un solo imperio vienen a constituir de
forma específica y literal su potestad, la potestad de Satanás, su reino
mundial. (1Juan 5:19 y San Lucas 4:5-6) ahora toda esa potestad mundial es
espiritual en el sentido que es regida por el espíritu del mismo Satanás.
Ese mundo entiende que
sus leyes y costumbres son ordenadas por los dioses (demonios), como dice
Isaías 48:5 “para que no dijeras: mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura,
y de fundición mandaron estas cosas “. Mandaron, dieron mandamientos,
ordenaron. La naciones bajo el sistema babilónico creían que sus leyes les
venían de los dioses y así lo establecían en sus constituciones. Los ídolos
(dioses) eran el factor de unidad y poder imperial, aun Israel cayó bajo la
cultura babilónica. “porque están llenos de costumbres traídas del Oriente”
(Isaías 2:6).
“Y sus rostros hacia
el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente” (Ezequiel 8:16).
El culto al sol era en
realidad a Satanás, él personificaba al sol.
LOS
ESTATUTOS BABILONICOS
Los estatutos son las
constituciones nacionales y las leyes de las naciones pertenecientes al sistema
idolátrico babilónico. Yahweh, el Dios único, prohíbe el regir la vida por esas
constituciones y leyes originadas en los dioses ídolos (demonios). Hay muchas
citas bíblicas donde Yahweh denuncia el hecho de que Israel, su nación, haya
andado en esos estatutos y también en los que ellos mismos inventaron. “y
anduvieron en los estatutos de las naciones que Yahweh había lanzado d delante
de los hijos de Israel, y los estatutos que hicieron los reyes de Israel, mas
ni aun Judá guardó los mandamientos de Yahweh, sino que anduvieron en los
estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho”. (2Reyes 17:8-19).
En ese mundo
babilonizado había dos tipos de estatutos: Los de Dios y los de los dioses.
Estos estatutos, cada uno de ellos es un sistema jurídico, el sistema jurídico
de Dios y el sistema jurídico de los ídolos (dioses). Cada sistema da como
resultado de su práctica un producto humano y una realidad.
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