viernes, 10 de junio de 2016

Babilonia La Grande

BABILONIA LA GRANDE
“Y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”. (Apocalipsis 17:5).
Para entender este nombre hay que saber que significado tiene el nombre “Babilonia” en el mundo antiguo. Hablar de babilonia, es hablar del oriente, de Mesopotamia y de toda su influencia en todo el mundo antiguo, el cual es un mundo Babilónico. Pero la ciudad antigua de Babilonia, Capital Imperial de ese mundo se autodefinía como piedra fundacional del cielo y de la tierra. Era la Capital del reino de Satanás, enemigo secular del pueblo de Dios, el ombligo de la tierra. Es la cuna de los grandes maestros, sacerdotes y magos. De esta ciudad surge la cultura pagana (profana) mundial; los dioses, templos, sacerdocio, ritos y sacrificios. El sistema de las pirámides de Egipto, del lejano Oriente y de América.
¿En qué cosa creía y practicaba este mundo babilónico? Los cultos a la gran madre soberana (Eva) se celebraban con ritos sexuales. Creían que el mundo de Satanás se perpetúa por vía sexual y es su forma de crear demonios. El diablo tiene el pelo dorado (rubio) por eso su afinidad con el dios Sol. Lucifer es portador de luz (conocimiento).  Los dioses copulan con animales, el Eros místico es prostitución idolátrica sagrada (¹). Es posible mediante una potente emisión de fluido magnético aniquilar un ser vivo. Las mujeres predominan como practicantes de la brujería; en las mujeres hay una asociación criminal con el mundo oculto, poseedoras de todo arte de engaño.
Las brujas son producto de la unión de los demonios, que bajan de los aires y las mujeres. La brujería Babilónica es conocida como culto a la fertilidad (paganismo), Lo cual  es la relación del ser humano con las fuerzas ocultas, con las energías que subyacen en la naturaleza, con los fenómenos extrasensoriales; por medio de ritos y ceremonias específicas de invocación y adoración a los poderes de las tinieblas.
Según la doctrina babilónica, los demonios (dioses) no son seres extraños a la humanidad, sino por el contrario, son seres humanos que escogieron la vida en el mundo de oscuridad, muerte y hediondez. La civilización que en vez de progresar en lo espiritual, degenera hacia lo material está bajo dominio de los demonios.
El mundo babilónico es un período de tiempo del conocimiento del mal y la inclinación hacia las artes ocultas. Los demonios mueren como los humanos y se reproducen cuando los demonios copulan en sueños con los humanos. El mundo está lleno de criaturas invisibles. Los demonios se alimentan de la lujuria y son llamados dioses, masculinos y femeninos. Urana, Diosa de la astrología, Polinia diosa de la memoria, Eutepe diosa de la música, Merpomene diosa de la ciencia, Momo dios de la murmuración. Etc.
Los ángeles de Satanás atacan a los humanos en sus niveles más vulnerables, cuerpo, sentidos y fantasías. Los espíritus malvados los hay de gula, fornicación, avaricia, tristeza, cólera, vanagloria, flojera y angustia y La fuerza del mal está presente en el elemento seglar (profano), la economía infernal materialista que impulsa la geo-política de Satanás.
Influenciada por Babilonia, Egipto se convierte en la escuela de los iniciados en la magia y astrología. Las pirámides son los centros de iniciación en el reino de las tinieblas. Aquí es donde se crea toda una filosofía y una legislación sobre todo lo que es civilización idolátrica; se organiza y reglamenta toda la potestad de Satanás en la tierra en sus dos grandes esferas de poder: religioso y político. Se convierte en una, mezcla de idolatría y política que se extiende a otras naciones entre ellas: Persia, Grecia y finalmente Roma. Toda esta ciencia oculta, esta filosofía de vida y sistema político tiene cuna de nacimiento….. “Babilonia” el imperio de Satanás.
Las palabras piedra funcional del cielo y la tierra con que se distingue a Babilonia significa reino universal de Satanás. Su reino sobre el cielo y la tierra. El cielo representado en sus ángeles y su promesa de establecer su trono en el mismo cielo, y la tierra por su dominio político sobre la humanidad, Concretamente a través de un imperio político-religioso que reúne a todos los reinos de la tierra; y todos estos reinos reunidos en un solo imperio vienen a constituir de forma específica y literal su potestad, la potestad de Satanás, su reino mundial. (1Juan 5:19 y San Lucas 4:5-6) ahora toda esa potestad mundial es espiritual en el sentido que es regida por el espíritu del mismo Satanás.
Ese mundo entiende que sus leyes y costumbres son ordenadas por los dioses (demonios), como dice Isaías 48:5 “para que no dijeras: mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura, y de fundición mandaron estas cosas “. Mandaron, dieron mandamientos, ordenaron. La naciones bajo el sistema babilónico creían que sus leyes les venían de los dioses y así lo establecían en sus constituciones. Los ídolos (dioses) eran el factor de unidad y poder imperial, aun Israel cayó bajo la cultura babilónica. “porque están llenos de costumbres traídas del Oriente” (Isaías 2:6).
“Y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente” (Ezequiel 8:16).
El culto al sol era en realidad a Satanás, él personificaba al sol.

LOS ESTATUTOS BABILONICOS
Los estatutos son las constituciones nacionales y las leyes de las naciones pertenecientes al sistema idolátrico babilónico. Yahweh, el Dios único, prohíbe el regir la vida por esas constituciones y leyes originadas en los dioses ídolos (demonios). Hay muchas citas bíblicas donde Yahweh denuncia el hecho de que Israel, su nación, haya andado en esos estatutos y también en los que ellos mismos inventaron. “y anduvieron en los estatutos de las naciones que Yahweh había lanzado d delante de los hijos de Israel, y los estatutos que hicieron los reyes de Israel, mas ni aun Judá guardó los mandamientos de Yahweh, sino que anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho”. (2Reyes 17:8-19).

En ese mundo babilonizado había dos tipos de estatutos: Los de Dios y los de los dioses. Estos estatutos, cada uno de ellos es un sistema jurídico, el sistema jurídico de Dios y el sistema jurídico de los ídolos (dioses). Cada sistema da como resultado de su práctica un producto humano y una realidad.

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